Una nueva herramienta para el desarrollo rural

Una nueva herramienta para el desarrollo rural

El Instituto Tecnológico de Castilla y León es uno de los socios del proyecto ERAES, una nueva metodología que busca establecer mecanismos que favorezcan el desarrollo de zonas rurales de la región mediante la inversión en energías renovables y turismo

Dinamizar y buscar alternativas que propicien el desarrollo rural y fijen población en estos territorios, es el gran caballo de batalla de diferentes proyectos de muy diversa naturaleza que buscan dar una nueva oportunidad a unos pueblos con población cada vez más envejecida y que luchan contra el abandono. En una región como Castilla y León en la que la despoblación es un hecho cada vez más preocupante, estas iniciativas se hacen, si cabe, todavía más necesarias.

Así, este proyecto busca identificar, priorizar y dinamizar zonas rurales de Castilla y León con potencial para el desarrollo del territorio en estos aspectos y a su vez desarrollar una metodología que sea susceptible de ser aplicada en la toma de decisiones de inversión en cualquier región, favoreciendo así la implementación de actuación de puesta en valor de la riqueza propia y singular del territorio mediante su «explotación para la actividad turística. Todo ello impulsando la sostenibilidad de ligada a la inversión en energías renovables», como explica David González, coordinador del proyecto en el ITCL.

El proyecto está cofinanciado por la Dirección General de Industria de la Junta de Castilla y León y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y se articula en torno a una serie de actividades definidas y ejecutadas por el consorcio formado por el Clúster de Hábitat Eficiente (AEICE), Patrimonio Inteligente de Castilla y León (PICYL), 1A Ingenieros, Contratas y Obras San Gregorio y el propio ITCL, en colaboración con el grupo de trabajo REAGEN (Recursos Estratégicos Agua y Energía) de AEICE, del que además forman parte otras organizaciones como ITACyL, Universidad de León o sendos colegios de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas y de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Castilla y León, entre otros. En el caso del Instituto Tecnológico de Castilla y León, además de ser un miembro clave del grupo de trabajo REAGEN, lidera la actividad de diseño de la metodología de selección de territorios, así como en la definición de soluciones de implantación.

De esta manera se pretende definir sendos mapas, uno geográfico de zonas rurales de Castilla y León con potencial de desarrollo y recursos disponibles para su aprovechamiento, y otro en el que se indiquen puntos de aprovechamiento de energías renovables. También se busca identificar puntos fuertes y establecer procedimientos, tanto para la selección de zonas rurales susceptibles de convertirse en ERAES teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad, como para la realización de estudios de campo en los entornos rurales con potencial con el objetivo de definir los requerimientos para la ejecución de actuaciones de mejora. Asimismo, se identificarán debilidades y fortalezas y se analizará la viabilidad técnica y económica de la implementación de esas medidas. Con todo ello además se podrán definir modelos de negocio para la ejecución de las actuaciones que se proponen llevar a cabo y se identificarán recomendaciones encaminadas a la óptima gestión y explotación de las instalaciones que se establezcan gracias al trabajo previo desarrollado.

Para que todo tenga una aplicación práctica real «es imprescindible que haya agentes locales dinamizadores» que se impliquen y apoyen las acciones propuestas desde el proyecto. De hecho, su papel como trasmisores de esta iniciativa es fundamental para atraer la inversión. Como destaca David González, si se apoya la iniciativa de esta manera, «será más fácil que todo el entorno lo sienta como suyo, lo apoye y participe».
“Con ello el efecto que puede tener para pymes y microempresas localizadas en el entorno rural puede ser muy interesante, ya que la atracción de inversiones puede favorecer la generación de empleo en sectores muy diversos, y con ello la fijación de población en estos territorios. A su vez tendrá un efecto multiplicador que permitirá desarrollar la economía local y el tejido empresarial de otros sectores. A parte de todo ello, «dado que la biblioteca de acciones identificadas será replicable a otros territorios, el potencial de impacto se incrementa exponencialmente». Sin contar con el impacto ambiental de la inversión en energías renovables.”

Andrés, D. (6 de octubre de 2020). Una nueva herramienta para el desarrollo rural. Diario de Valladolid. https://diariodevalladolid.elmundo.es/articulo/innovadores/nueva-herramienta-desarrollo-rural/20201006190334387447.html